ANÁLISIS
Tecnología y confianza para el cambio de etapa
Hace poco nos enterábamos, apenados, del fallecimiento del primer hombre que pisó la Luna, Neil Amstrong. Mientras leía el reportaje
sobre su vida en un periódico, me preguntaba qué pasaría por su cabeza cuando
observara las fotos en color y alta definición que el vehículo espacial ‘Curiosity’
envía de vez en cuando, a través millones de kilómetros, desde Marte a la Tierra. Supongo
que se fascinaría, como lo hacemos muchos.
La tecnología está muy presente en la vida del hombre, desde
la Revolución
Industrial hasta nuestros días, ayudándole a mejorar y
progresar. Si pensamos en esa etapa de cambio mundial, en la que se transformó
el mundo, nos daremos cuenta de su imparable recorrido. Unas veces acelerado
por crecimientos derivados de mejoras en los procesos industriales, nuevos
inventos, o descubrimientos de nuevas formas de energía. Otras veces producidos
por booms o burbujas. En cualquiera
de estos procesos de rápido desarrollo o cambio de la sociedad, han aparecido
siempre las mismas etapas: crecimiento, época valle o de estancamiento y la
temida recesión.
No sabemos a ciencia cierta cuáles serán las siguientes
etapas pero, al menos, ya hemos comprendido, aunque no siempre asimilado, lo
sucedido en estos últimos años. Empezamos a vislumbrar, con meridiana claridad,
en qué etapa nos encontramos actualmente y cuáles deben o pueden ser nuestros
próximos pasos. Lo evidente es que el ciclo está cambiando o, como dicen en el
campo de la navegación, “vamos por otros derroteros”. Hemos visto, en esta
última década, un alarmante aumento del desafuero y una pérdida de ética y
valores, tanto en empresarios como en políticos, pero también en trabajadores y
hasta desempleados.
El objetivo es recobrar la confianza, empezando por nosotros
mismos y nuestro proyecto empresarial. Para ello, debemos servirnos de la ética
profesional e implicarnos en lo que hacemos. Los recortes, aunque necesarios en
determinados momentos, no cambian una situación. Los que verdaderamente la
cambian son el progreso y la tecnología. Ellos son el nuevo terreno de juego
donde cambiar de etapa.
Debemos mejorar nuestras empresas, la calidad del servicio
que prestamos, aumentar la productividad, etc. Para eso hay que invertir dentro
de nuestras posibilidades, con objetivos claros de cambio y mejora, mediante
una tecnología cada vez más asequible y fácil de conseguir. Para lograrlo
debemos apoyarnos en nuestros trabajadores, clientes, proveedores y que exista
esta confianza mutua. Entonces habremos empezado a salir de la crisis.
Hace poco nos enterábamos, apenados, del fallecimiento del primer hombre que pisó la Luna, Neil Amstrong. Mientras leía el reportaje
sobre su vida en un periódico, me preguntaba qué pasaría por su cabeza cuando
observara las fotos en color y alta definición que el vehículo espacial ‘Curiosity’
envía de vez en cuando, a través millones de kilómetros, desde Marte a la Tierra. Supongo
que se fascinaría, como lo hacemos muchos.
La tecnología está muy presente en la vida del hombre, desde
la Revolución
Industrial hasta nuestros días, ayudándole a mejorar y
progresar. Si pensamos en esa etapa de cambio mundial, en la que se transformó
el mundo, nos daremos cuenta de su imparable recorrido. Unas veces acelerado
por crecimientos derivados de mejoras en los procesos industriales, nuevos
inventos, o descubrimientos de nuevas formas de energía. Otras veces producidos
por booms o burbujas. En cualquiera
de estos procesos de rápido desarrollo o cambio de la sociedad, han aparecido
siempre las mismas etapas: crecimiento, época valle o de estancamiento y la
temida recesión.
No sabemos a ciencia cierta cuáles serán las siguientes etapas pero, al menos, ya hemos comprendido, aunque no siempre asimilado, lo sucedido en estos últimos años. Empezamos a vislumbrar, con meridiana claridad, en qué etapa nos encontramos actualmente y cuáles deben o pueden ser nuestros próximos pasos. Lo evidente es que el ciclo está cambiando o, como dicen en el campo de la navegación, “vamos por otros derroteros”. Hemos visto, en esta última década, un alarmante aumento del desafuero y una pérdida de ética y valores, tanto en empresarios como en políticos, pero también en trabajadores y hasta desempleados.
El objetivo es recobrar la confianza, empezando por nosotros mismos y nuestro proyecto empresarial. Para ello, debemos servirnos de la ética profesional e implicarnos en lo que hacemos. Los recortes, aunque necesarios en determinados momentos, no cambian una situación. Los que verdaderamente la cambian son el progreso y la tecnología. Ellos son el nuevo terreno de juego donde cambiar de etapa.
Debemos mejorar nuestras empresas, la calidad del servicio que prestamos, aumentar la productividad, etc. Para eso hay que invertir dentro de nuestras posibilidades, con objetivos claros de cambio y mejora, mediante una tecnología cada vez más asequible y fácil de conseguir. Para lograrlo debemos apoyarnos en nuestros trabajadores, clientes, proveedores y que exista esta confianza mutua. Entonces habremos empezado a salir de la crisis.













Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.29