Por qué avanzar hacia la sostenibilidad de las empresas y los polígonos
Las empresas están inmersas en un cambio de paradigma, no solo como
resultado del cambio tecnológico y la globalización, sino porque además la
sociedad espera que asuman unas responsabilidades externas a su propio marco. Unas,
relacionadas con el medio ambiente, donde estas responsabilidades pueden llegar
a estar reguladas legalmente; otras, relacionadas con la comunidad y los que
participan en su actividad como empleados, proveedores, clientes, y otros
miembros de la sociedad. La puesta en valor de estas áreas externas es lo que genéricamente
hoy se denomina ‘sostenibilidad’, ya que literalmente las actividades y
procesos de la empresa descansan sobre ellas, y sus resultados económicos
también.
El mercado y la sociedad presionan para que la empresa esté alineada con
criterios de sostenibilidad. Por ejemplo, la Unión Europea en su COM 681-2011 fija
obligaciones de información pública al respecto de las empresas europeas, cotizadas
y no cotizadas; como consecuencia, la Ley 2/2012 de Economía Sostenible obliga
a las empresas de más de 1.000 empleados a presentar al organismo competente
una memoria anual de sostenibilidad, y recomienda al resto de las empresas más
pequeñas su consideración. Igualmente, las instituciones de crédito empiezan a
considerar la deficiente implantación de un modelo de sostenibilidad como un
factor de riesgo en sus valoraciones. En este sentido, Lloyds Bank en el Reino
Unido ha llegado a publicar en su página web una guía de criterios de
sostenibilidad valorados.
Todo este movimiento hacia la sostenibilidad del tejido productivo
(empresas y espacios industriales) necesita también considerar cómo se alcanza
esa economía más competitiva, generadora de riqueza y empleo, con proyección de
futuro, capaz de dar a la sostenibilidad su sentido, con beneficios para la
comunidad y la empresa.
La ONU ha liderado en los últimos años, por medio de su Organización para
el Desarrollo Industrial (UNIDO), la difusión y promoción de las mejores
prácticas sostenibles a nivel industrial en países desarrollados y en
desarrollo, con documentos como el Informe de la Industria Sostenible,
culminado en la cumbre sobre el Desarrollo Sostenible de Río 2012 con la
Iniciativa Industrial Sostenible Río+20.
La experiencia de países como Canadá, Australia y EE.UU. en más de una
década con sus programas de sostenibilidad industrial muestran importantes
incrementos de los indicadores empresariales de rentabilidad, con mejoras
superiores al 30% entre tres y cinco años, y superiores al 20% en
productividad. Simulaciones realizadas en España por EPDG con estos modelos han
arrojado un potencial de mejora de rentabilidad de hasta el 65% en empresas
industriales del norte de España.
Entreprise Development Group (EPDG), una empresa española centrada en el
Corredor del Henares, ha patentado, basándose en las recomendaciones de UNIDO y
Río, una metodología para facilitar al tejido industrial la implantación de un modelo
de sostenibilidad. Esta metodología se ha denominado GEP (Green Enterprise
Park), que hace referencia a su visión conjunta de empresa industrial y espacio
industrial.
Tres características destacables del modelo GEP
- Certificación
de empresas y polígonos, como proceso de verificación, control y seguimiento.
Cómo toda certificación comunica a la empresa su situación y a la comunidad el
compromiso de la empresa/polígono con la sostenibilidad. Existen cinco niveles
de madurez.
- Modelo
normativo, que guía la adaptación de la empresa/polígono al modelo sostenible. Está
concebido para ser utilizado desde la empresa pequeña hasta la grande.
- Cobertura de
los ámbitos más importantes de la sostenibilidad, utilizando criterios
estándares y prácticas disponibles en el dominio público. Los ámbitos son:
o
Responsabilidad
Social Empresarial
o
Medio ambiente
(incluyendo residuos, materiales y procesos)
o
Fuentes de
energía, movilidad y huella de carbono
Conviene resaltar que el modelo de sostenibilidad GEP es un paradigma
diferente a los sistemas de certificación basados en estándares oficiales
(ISO9000, ISO14000, ISO26000, ISO50001, etc.), que son pesados de mantener y
utilizar, y solo generan beneficios en dominios estrechos de actividad. Además
solo miden si se cumplen o no.
Al certificarse por separado empresas y polígonos se obtienen dos
clasificaciones de madurez sostenible diferentes. De A-E para polígonos, y de
1-5 para empresas.
Un valor diferencial de GEP es la capacidad de generar mapas de
sostenibilidad en un territorio, por ejemplo un corredor industrial, al tener
cada polígono y cada empresa su nivel de madurez asociado. Esto puede
utilizarse para simular su potencial de crecimiento, lo que convierte a GEP en
una herramienta potente y sencilla en procesos de reactivación económica de la
industria.
Las empresas están inmersas en un cambio de paradigma, no solo como
resultado del cambio tecnológico y la globalización, sino porque además la
sociedad espera que asuman unas responsabilidades externas a su propio marco. Unas,
relacionadas con el medio ambiente, donde estas responsabilidades pueden llegar
a estar reguladas legalmente; otras, relacionadas con la comunidad y los que
participan en su actividad como empleados, proveedores, clientes, y otros
miembros de la sociedad. La puesta en valor de estas áreas externas es lo que genéricamente
hoy se denomina ‘sostenibilidad’, ya que literalmente las actividades y
procesos de la empresa descansan sobre ellas, y sus resultados económicos
también.
El mercado y la sociedad presionan para que la empresa esté alineada con
criterios de sostenibilidad. Por ejemplo, la Unión Europea en su COM 681-2011 fija
obligaciones de información pública al respecto de las empresas europeas, cotizadas
y no cotizadas; como consecuencia, la Ley 2/2012 de Economía Sostenible obliga
a las empresas de más de 1.000 empleados a presentar al organismo competente
una memoria anual de sostenibilidad, y recomienda al resto de las empresas más
pequeñas su consideración. Igualmente, las instituciones de crédito empiezan a
considerar la deficiente implantación de un modelo de sostenibilidad como un
factor de riesgo en sus valoraciones. En este sentido, Lloyds Bank en el Reino
Unido ha llegado a publicar en su página web una guía de criterios de
sostenibilidad valorados.
Todo este movimiento hacia la sostenibilidad del tejido productivo
(empresas y espacios industriales) necesita también considerar cómo se alcanza
esa economía más competitiva, generadora de riqueza y empleo, con proyección de
futuro, capaz de dar a la sostenibilidad su sentido, con beneficios para la
comunidad y la empresa.
La ONU ha liderado en los últimos años, por medio de su Organización para
el Desarrollo Industrial (UNIDO), la difusión y promoción de las mejores
prácticas sostenibles a nivel industrial en países desarrollados y en
desarrollo, con documentos como el Informe de la Industria Sostenible,
culminado en la cumbre sobre el Desarrollo Sostenible de Río 2012 con la
Iniciativa Industrial Sostenible Río+20.
La experiencia de países como Canadá, Australia y EE.UU. en más de una
década con sus programas de sostenibilidad industrial muestran importantes
incrementos de los indicadores empresariales de rentabilidad, con mejoras
superiores al 30% entre tres y cinco años, y superiores al 20% en
productividad. Simulaciones realizadas en España por EPDG con estos modelos han
arrojado un potencial de mejora de rentabilidad de hasta el 65% en empresas
industriales del norte de España.
Entreprise Development Group (EPDG), una empresa española centrada en el
Corredor del Henares, ha patentado, basándose en las recomendaciones de UNIDO y
Río, una metodología para facilitar al tejido industrial la implantación de un modelo
de sostenibilidad. Esta metodología se ha denominado GEP (Green Enterprise
Park), que hace referencia a su visión conjunta de empresa industrial y espacio
industrial.
Tres características destacables del modelo GEP
- Certificación
de empresas y polígonos, como proceso de verificación, control y seguimiento.
Cómo toda certificación comunica a la empresa su situación y a la comunidad el
compromiso de la empresa/polígono con la sostenibilidad. Existen cinco niveles
de madurez.
- Modelo
normativo, que guía la adaptación de la empresa/polígono al modelo sostenible. Está
concebido para ser utilizado desde la empresa pequeña hasta la grande.
- Cobertura de
los ámbitos más importantes de la sostenibilidad, utilizando criterios
estándares y prácticas disponibles en el dominio público. Los ámbitos son:
o Responsabilidad Social Empresarial
o Medio ambiente (incluyendo residuos, materiales y procesos)
o Fuentes de energía, movilidad y huella de carbono
Conviene resaltar que el modelo de sostenibilidad GEP es un paradigma
diferente a los sistemas de certificación basados en estándares oficiales
(ISO9000, ISO14000, ISO26000, ISO50001, etc.), que son pesados de mantener y
utilizar, y solo generan beneficios en dominios estrechos de actividad. Además
solo miden si se cumplen o no.
Al certificarse por separado empresas y polígonos se obtienen dos
clasificaciones de madurez sostenible diferentes. De A-E para polígonos, y de
1-5 para empresas.
Un valor diferencial de GEP es la capacidad de generar mapas de
sostenibilidad en un territorio, por ejemplo un corredor industrial, al tener
cada polígono y cada empresa su nivel de madurez asociado. Esto puede
utilizarse para simular su potencial de crecimiento, lo que convierte a GEP en
una herramienta potente y sencilla en procesos de reactivación económica de la
industria.













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